Cuando llega la hora del descanso en la oficina, una sensación de amor y paz envuelve al presentador de Déspach.
Durante unos minutos, no hay nadie, no hay ruido, no hay papeles ni compañeros odiosos que más que repartir trabajo....lo bombardean. No hay estrés.....sobre todo, no hay ningún estrés. Pero desgraciadamente para él.........todo vuelve a la normalidad.
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